LO QUE LA VIDA LES HA ENSEÑADO

Como mi afición a compartir el tiempo con las personas mayores viene de lejos, he llegado a recopilar gran cantidad de consejos, opiniones o si lo preferís lecciones que ellos, los más mayores, yo los llamo viejos, han recogido a lo largo de sus vidas. Sin ánimo de resultar exhaustivo en esta tarea de acumular experiencias y conocimientos, me limitaré a dejar constancia únicamente de las que más han llamado mi atención. Podéis comprender que alguna de ellas no tenga interés para vosotros, puede ocurrir; o que echéis en falta alguna lección sobre algo concreto que no veáis en esta relación, lo siento. Todo ello tiene arreglo, hablad con los viejos y escuchad lo que nos dicen.
Según la mayoría de ellos la vida no es del todo justa, pero a pesar de ello merece la pena vivirla. Aunque a la mayoría les resulta demasiado corta, por lo que prefieren no perder el tiempo odiando a persona alguna. Cierto es, me diréis, que ha habido momentos de odio generalizado, pero eso fue consecuencia de los que no saben vivir la vida y solamente piensan en la muerte, la muerte de todo.
Sobre el trabajo han coincidido la mayoría que no será quien te cuide en caso de estar enfermo, sino que serán tus amigos y la familia quienes cuidarán de nosotros en esos casos. Por ello me han recomendado infinidad de veces que preste más atención a mi familia y amigos que al trabajo.
Los momentos de lágrimas deben ser compartidos con alguien, pues llorar en soledad puede hacer aún más daño. Puede incluso que esté bien que te enfades con Dios, pues el lo soportará.
Me han aconsejado en repetidas ocasiones la conveniencia de hacer las paces con el pasado para que no arruine mi presente, así como huir de la relaciones que tienen que ser secretas.
Insisten con frecuencia que nunca es demasiado tarde para tener una niñez feliz; eso sí, la segunda depende de cada uno de nosotros. Es por eso que me recomiendan que cuando se trata de algo de lo que amo en la vida no acepte un “no” por respuesta y que tenga presente que cualquier “hoy” es especial.
No tomarse uno mismo demasiado en serio, pues nadie más lo hace, ceder en la mayoría de las ocasiones y recordar que lo que nos parece un desastre dentro de un tiempo nos causará risa.
Por último me piden que crea en los milagros, pues nos están esperando en todas partes, sólo tenemos que salir a buscarlos.
Uno de esos viejos a los que siempre me ha gustado escuchar, me dijo en una ocasión que había leído unas palabras de Teresa de Calcuta y que le habían dejado profunda huella en su vida, por si me servían de algo a mí me las copió en un papel, con su letra torpe e irregular, imperfecta, falta de muchas horas de escuela, y me entregó ese papel con el texto que a continuación reproduzco:
“Voy a pasar por la vida una sola vez, por eso, cualquier cosa buena que yo pueda hacer, o alguna amabilidad que pueda tener con un ser humano, debo hacerlo ahora, porque no pasaré de nuevo por aquí”. Espero que os pueda servir como a mí.

Fabio López

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