La gota de agua
Cuenta una vieja leyenda hindú, que una pequeña gota de agua estaba en la hoja de un helecho. Había nacido esa misma mañana, hija del rocío. Desde el lugar que ocupaba acertaba a ver un brioso río que corría por entre las rocas. Era el nacimiento del Ganges. En un determinado punto, el torrente caía desde una considerable altura, provocando un ruido ensordecedor. La gota sentía una enorme envidia del agua que veía correr y se sentía insignificante allí sola en la hoja del helecho. Las horas pasaban y luego los días. Las condiciones permitieron que pasasen los días sin que ninguna otra gota de agua cayese en la misma hoja, y los rayos del sol no llegaban hasta donde se encontraba la pequeña gota. Estaba sola. Los árboles enormes daban la sombra suficiente para mantener la temperatura. La gota sentía el agua del torrente y su sensación de soledad crecía día a día. Quiso que una tarde gris. Una enorme nube dejase caer millones de gotas sobre el paraje donde se encontraba la pequeña gota d