EL CAJÓN DE CHEMA
TORRENTE BALLESTER. UNA SILLA A LA DERECHA DE CERVANTES. Hasta ahora había una silla vacía a la derecha de Cervantes, que acaba de ser ocupada por Gonzalo Torrente Ballester». Eso dejó escrito José Saramago después de haber leído ‘La saga/ fuga de J.B.’, la obra que consolidó a Gonzalo Torrente Ballester como uno de los indiscutibles de la novela española del siglo XX. De hecho, cuando Torrente se instaló en Salamanca en 1975, dos años después de la fecha de publicación de ‘La saga/fuga’, ya era casi un mito. Un mito que seguiría creciendo, a partir de esta fecha, con nuevos acontecimientos: entrada en la Española, premio de la Crítica, premio Nacional de Literatura, Príncipe de Asturias (ex-aequo con Delibes, por cierto), Cervantes, Planeta... Así hasta convertirse en la estatua de bronce que lo inmortaliza de manera permanente en su querido café Novelty, en plena Plaza Mayor salmantina... Para llegar a este estado de gracia, sin embargo, hicieron falta muchas cosas. Era neces