Paseo por la llanura cerealista

Durante la estación fría la mayoría de las aves se agrupan en grandes bandadas. Así los alaúdidos como calandria, cogujada o alondra, que durante el resto del año están dispersos entre las tierras de cultivo, en invierno se juntan para aunar esfuerzos y aprovechar los recursos que los campos les brindan de manera conjunta. A estas especies propias de la estepa se les unen otras llegadas del norte como la bisbita común, el estornino pinto o la avefría. En los rastrojos de cereal o girasol se agrupan también especies tanto residentes como invernantes. Así a nutridos grupos de trigueros, pinzón vulgar, verderón, pardillo, verdecillo, jilguero, gorrión molinero… en invierno se les unen, procedentes de latitudes más frías, el lúgano o el pinzón real formando grandes bandadas mixtas.
Estas bandadas son vigiladas de cerca por rapaces como en gavilán, el esmerejón o el Halcón peregrino. También el aguilucho pálido planea a ras del suelo en busca de estas aves o pequeños roedores, por los mismos campos donde su primo pequeño, el aguilucho cenizo, sacó adelante a sus pollos este verano. Milanos reales, especie catalogada en Peligro de Extinción, procedentes del norte de Europa, también hacen sus últimos vuelos de reconocimiento antes de partir. Incluso las dos grandes rapaces cazadoras, águila real e imperial se dejan ver por estos terrenos en busca de alimento.
Otras especies ya comienzan a marchar hacia sus zonas de cría, como es el caso de las grullas o de los gansos, pero las avutardas permanecen todo el año en nuestros campos. Con el frío los pequeños grupos familiares de hembras con pollos o de machos reproductores o de inmaduros, dispersos por la planicie, se han ido agrupando en bandadas mayores. Ahora es fácil poder observar grupos de más de 30 incluso 40 individuos. Con el aliciente de que al estar ya próximo el inicio de la campaña reproductora los plumajes de los machos han ido mudando y ganando en colorido y espectacularidad. Es ya probable que podamos ver algunos machos con su plumaje de celo muy desarrollado junto a otros con colorido invernal, más apagado.
Estos grupos se suelen encontrar en cultivos donde tienen el alimento asegurado durante el invierno o muy cerca de ellos, tales como las leguminosas, principalmente alfalfa y veza y otros como la perleta o los sembrados de cereal. Resulta digno de ver a estos gigantes voladores agrupados, casi, como si de rebaños de ovejas se tratara.
Si el tiempo nos lo permite, que parece que sí, intentaremos observar tanto a estas especies propias de la estepa cerealista como a otras que aprovechan los recursos que les brindan la llanura para sobrevivir durante el invierno. Para ello recorreremos varios caminos de la Tierra de Arévalo en nuestros propios vehículos, bajo la mágica luz del atardecer.
Para todo aquel que quiera acercarse a nuestra fauna más representativa, la esteparia, y a nuestro paisaje más extenso, la estepa cerealista, propongo la siguiente cita:

         Día: domingo 19/02/2012
         Hora: 16:30 (4:30 de la tarde)
         Lugar de salida: Plaza del arrabal

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