Jaime Gil de Biedma, Arévalo, el caso de la mano cortada y El Paseo. Artículo en círculo.
Una calurosa tarde del verano de 1.982 compré en Arévalo,
en el quiosco de la plaza, un espléndido número monográfico de la revista
cultural “Camp de l´arpa”, que aún conservo, dedicado al poeta Jaime Gil
de Biedma. Recuerdo que me senté con ella en un banco de El Paseo y la
leí morosamente, a la benefactora sombra de su hospitalaria arboleda y de las
muchachas en flor. Hoy sin embargo me
pregunto qué demonios hacía yo con apenas veinte años gastando mis modestos
ahorros en una minoritaria revista de poesía en lugar de en el Playboy.
Claro que hoy ya no existen revistas como aquella, ni poetas como Gil de
Biedma, ni muchachas en flor. Y si me apuran, ya casi tampoco existe El Paseo,
lamentablemente saqueado.
Jaime Gil de Biedma (1929-1990) es considerado el poeta
español más influyente de la segunda mitad del siglo XX y el más destacado de
la llamada Generación del 50. Ligado a la cultura catalana y
anglosajona, del círculo de Gabriel Ferrater, Juan Marsé o Carlos Barral,
descendiente de una familia de la alta burguesía barcelonesa e importante
ejecutivo – nadie es perfecto- de la Compañía de Tabacos de Filipinas.
Lo que yo ignoraba es la estrecha
relación que había entre Gil de Biedma y Arévalo. Sabía que la familia pasaba
largas temporadas en la cercana Nava de la Asunción (donde se encuentra
enterrado), en una bonita casa de campo con piscina que durante muchos años fue
testigo de legendarias veladas más o menos literarias.“Una casa a la que, sin
saber por qué, acabo siempre por volver”, dejó escrito el poeta.
La emocionante noticia me llegó
en el año 2.004 a través del libro Jaime Gil de Biedma. Retrato de un poeta,
de Miguel Dalmau. En él se cuenta que, acabados sus estudios de Derecho, se
presentó a las oposiciones para entrar en la Escuela Diplomática. En la página
55 del libro se lee:
“Perpetró una boutade
digna de Dalí cuando le pidieron que glosara por escrito los encantos de
aquella ciudad que como aspirante a diplomático encarnaba sus ideales. Mientras
los otros opositores cantaban las excelencias de París, los parques de Londres,
las ruinas de Roma o los palacios de Viena,
él redactó una impecable composición dedicada al pueblo de Arévalo”.
Y continúa Dalmau: “Ya desde la infancia esa pequeña
localidad de la provincia de Avila se contaba entre sus lugares más queridos.
Recordaba a menudo sus escaparates iluminados, y las tiendas de antigüedades
que tanto agradaban a su madre. También le fascinaba el castillo, la Plaza de
la Villa, las ermitas, las iglesias. Arévalo era rico en arte mudéjar y aún
parecía flotar en sus calles el alma de los antiguos moradores musulmanes.
Jaime había descubierto además sus delicias culinarias: el cochinillo, el
cocido, las legumbres de la Moraña, los quesos, las tortas, las mantecadas.
¡Arévalo!. “¿Existía un destino mejor?. Quizá no para un espíritu como el suyo.
Pero las autoridades académicas interpretaron aquel canto como un insulto y lo
suspendieron”.
Me permito sugerir sin demasiadas
esperanzas, como acto de necesaria gratitud y de legítima justicia poética, que
Jaime Gil de Biedma sea nombrado oficialmente cónsul honorario vitalicio,
lírico y póstumo de Arévalo. De cónsul de Sodoma – como él se proclamó - a cónsul de Arévalo, su destino soñado.
Otra prueba más de su especial vínculo con Arévalo me
sorprendió hace solo unos días, por puro azar, escuchando uno de los archivos
sonoros de Radio Nacional de España. Se trata de una conversación sobre
literatura erótica mantenida entre Luis García Berlanga y Jaime Gil de Biedma,
datada a mediados de los años ochenta. En un momento de la misma sale a
colación el truculento caso de Doña Margarita Ruiz de Lihory, Marquesa de
Villasante y Baronesa de Alcahalí. Fue
ésta por cierto una mujer muy bella, culta y con una vida novelesca. Por
ejemplo, durante la guerra con Marruecos ejerció de espía de Primo de Rivera,
llegando a ser amante de Ab-el-Krim. En el lado oscuro de la marquesa estaba su
afición por la magia negra y el sexo sin límites. Muerta en enero de 1954, la
policía encontró en su casa un auténtico museo de los horrores. En un armario
había un frasco lleno de alcohol y allí flotando estaba la mano derecha de
Margarita.
El caso es que al salir el nombre del Marqués de
Villasante, Gil de Biedma apostrofa con vehemencia:
- ¡Sí hombre, en Arévalo hay un palacio, que creo que ahora
es Instituto de Segunda Enseñanza, que es el Palacio del Marqués de Villasante,
antepasado de Doña Margarita Ruiz de
Lihory...! ¡En Arévalo!
Quizás se refiriera al Palacio
del Marqués de Valdeláguila, construido en el siglo XVI por los segundos
marqueses de Villasante y Condes de
Valdeláguila, donde estuvo situada la añorada Fonda del
Comercio. Sea como fuere, lo importante de la acotación de Gil de Biedma es que ilustra hasta qué punto
conocía y tenia presente a Arévalo.
A
propósito del Marqués de Villasante, Marolo Perotas escribió que el parque de
Gómez Pamo, popularmente conocido como El Paseo, “está situado entre las Paneras del Rey, los restos venerables del
ex convento de la
Trinidad y la Huerta del Marqués, que para su recreo fundara a mediados del pasado
siglo el último marqués avecindado en Arévalo, el respetable e ilustre prócer marqués de Villasante”, ascendiente por tanto de
la singular Margarita. El caprichoso destino escribe a veces con renglones
circulares: precisamente este es el parque en el cual yo me refugié una
calurosa tarde del verano de 1.982, con la revista Camp de l´arpa dedicada a Jaime Gil de Biedma, que acababa
de comprar en la plaza.
José Félix Sobrino
La Llanura nº 32 - Enero de 2012
Comentarios
Estaremos encantados de acercarnos, lo antes posible a Nava a visitar la exposición dedicada a Jaime Gil de Biezma. EN alguna ocasión hemos realizado en nuestra asociación alguna tertulia dedicada a su vida y obra.
Quería informaros del horario de la exposición:
Sábados de 12:30 a 14:00h y de 17:30 a 19:00h
Domingos de 12:30 a 14:00h
Si os viniera mal el horario, mi teléfono es 636729978, podéis poneros en contacto conmigo y yo os acompaño encantada.
Hasta pronto. Clara
Os agradezco que mantengáis viva la memoria de JGB en la Nava. Aunque me encuentro desterrado en Madrid desde hace muchos años, intentaré asistir.
Un saludo afectuoso y gracias por leer La llanura.
JOSÉ FÉLIX SOBRINO
Desde el año 2004 el ayuntamiento de Nava convoca un concurso internacional de poesía dedicado a nuestro poeta, ya que sabrás que él siempre se ha considerado navero por propia elección. Este año hemos tenido la suerte de que el premiado, Pedro Maestre, fuera todo un Premio Nadal 1996.
También te puedo decir, que estamos muy orgullosos de la exposición permanente que tenemos y que dado el lugar que está ocupando hemos llamado "Estación de Encuentro Jaime Gil de Biedma y La Nava" (la puedes ver en facebook)
Me gustaría coincidir contigo si algún día vienes a visitarnos. Si no estoy yo, por favor que alguien me avise, estaría encantada de saludarte.
Otra vez gracias por todo
Un saludo
CLARA