El compromiso con el Patrimonio...

El compromiso con el Patrimonio Histórico y Cultural se evalúa, sí, por lo que se ha hecho, pero también debe formar parte de esa evaluación todo lo que se ha dejado de hacer y las consecuencias que ha tenido ese no hacer.
Como muestra estos botones:

Restos del Convento de la Santísima Trinidad.
En avanzado estado de ruina.


La casa de los Caballeros Altamirano.
En avanzado estado de ruina.



Restos de la antigua muralla en el Rincón del Diablo.
En avanzado estado de ruina.


Puente de Valladolid o del Cementerio.
En avanzado estado de ruina.


Antiguo Colegio de los Jesuitas.
En avanzado estado de ruina.



Podríamos seguir enumerando. Podríamos hablar del estado del palacio de los Sedeño en la calle Santa María, o de los restos del de Ballesteros Ronquillo en la misma calle; del mal estado de barrios enteros: La Morería o la zona de San Martín al cementerio; del desastre perpetrado por el nefasto uso del tan "mentado ARI". Por cierto, del "tan mentado ARI" ¿alguna vez se va a hacer un balance final como el que se ha hecho en todas y cada una de las poblaciones en las que ha habido ese tipo de programas de rehabilitación?
Podríamos hablar del affaire de los presuntos papeles destruidos que según se afirma "carecían de importancia". Curioso que a estas alturas, y teniendo en cuenta lo que establece la normativa legal vigente (Ley de Patrimonio Histórico Español, artículo 49, apartado 2), no dispongamos de un protocolo para estos asuntos. Más grave nos parece que, hasta donde sabemos, no hay un inventario que recoja una mínima relación de documentos existentes. Claro que si lo hubiera podríamos estar en condiciones de determinar si los documentos presuntamente desaparecidos tenían o no importancia.
¡En fin! otro día podríamos hablar de inversiones fallidas, de obras inacabadas o de "cultura" en cursiva, entre comillas y con minúscula. 

Comentarios

Juan Segundo ha dicho que…
La plaza de toros. Sí, la plaza de toros ha hipotecado el futuro de Arévalo. La muy noble, muy ilustre, muy leal y muy humanitaria ciudad de Arévalo debería ser proclamada muy taurina porque es la única “cultura”, con comillas, cursiva y en minúscula a la que se dedica en cuerpo y alma nuestro consistorio, de tal manera que durante los próximos 30 años esta ciudad y todos sus ciudadanos han de ver como se paga la deuda adquirida por la construcción de la plaza de toros, aún no acabada, miedo me da, mientras son testigos de la ruina total de importantes e históricos monumentos. Debe ser que la historia y el arte no pertenecen a esa “cultura”, con comillas en cursiva y con minúscula a la me referí anteriormente y que, a la vista está es la única que preocupa a nuestro consistorio. No sé si me da más pena que miedo o más miedo que pena.

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