'El Cobaya': destrozo, desprecio y desidia

Tengo en mis manos el último número de 'El Cobaya' (año XV, nº 22, segunda época), presentado y repartido el 26 de febrero en el Episcopio. Es un homenaje a dos escritores desaparecidos: Jacinto Herrero y Vicente Martín, que abren y cierran un número que incluye en su centro un cuadernillo pulcramente editado titulado 'El consejo escribe'.

La revista contiene dibujos de Montserrat del Valle, Miguel Elías y Fernando Fiestas según se cita en los créditos, y otros que no se citan de Miguel Ángel Espí, estos últimos vilmente troceados y repartidos por las páginas de la revista, y son los que justifican el título de este artículo.

Relataré y de acuerdo con lo visto, narraré cronológicamente lo ocurrido, tratando de evitar los muchos descalificativos que acuden a mi cabeza. A ello voy:

1. Desde el Consejo de Redacción de 'El Cobaya' se pidieron a Espí dos dibujos para ilustrar los poemas de Jacinto Herrero. Espí en tiempo y forma mandó al Consejo los dos dibujos.

2. Los dos dibujos fueron troceados y repartidos al mal tuntún por las páginas dedicadas a Jacinto Herrero. Es algo que únicamente pueden explicar las imágenes adjuntas: cada dibujo original se acompaña con las páginas en las que el dibujo fue publicado.

3. Espí supo el trato que sufrió su obra el día de la presentación, manifestó su profundo disgusto y no recibió disculpa pública alguna. Fue muy citado en la presentación, me indican.

Sobre los dibujos originales poco hay que decir. Son la obra de un artista reconocido, que es un magnífico dibujante y que conocía perfectamente al poeta y a su obra. Yo, que me precio de haber conocido y compartido la amistad que les unió, puedo apuntar que parece como si Miguel dibujase al dictado de Jacinto, que esos dos bellos dibujos eran acompañamiento cabal y precisa para la obra del poeta, trasladaban al lenguaje visual las formas y el fondo del decir de Jacinto. Raras veces la palabra ilustración será más adecuada que en este caso. Espí construye dos medidos poemas visuales utilizando las grafías, las palabras mismas de Jacinto Herrero, y trazo a trazo arma dos poemas en los que es posible oír los ajustados versos del poeta. Nada menos.

Me es difícil imaginar la dosis de torpeza necesaria para partir en tres o cinco partes los poemas dibujados y repartir sus trozos en los espacios en blanco de la revista, sin que exista un hilo argumental que justifique los emplazamientos de las troceadas imágenes. He llegado a pensar que una vez maquetada la revista se acordaron de que tenían unos dibujos que habían solicitado (esto explica todo lo ocurrido). Si es que no quedaban páginas bastaba con quitar alguna colaboración, con ajustar la maquetación o con devolver a Espí los originales solicitados. Cualquier solución antes que ese desprecio ignorante e injustificado de esparcir los fragmentos por la publicación, con el que se ofende al pintor y al poeta, a la historia de 'El Cobaya' y a sus lectores.

Me pregunto cuál habría sido la reacción del Consejo de Redacción si sus textos se hubiesen partido en tres o cinco trozos, e intercalados desordenadamente y publicados sin firma… En ocasiones como esta lo correcto es retirar la edición, lo decente es asumir públicamente responsabilidades y la gente de bien pide al momento, pública y claramente las precisas disculpas. Pero por estos lares no me sorprendería que la culpa fuese de Espí, de quien esto firma o del que barre la imprenta. Tiempo al tiempo.

José Luis Gutiérrez Robledo
Artículo en ÁvilaRed

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