DIA desfavorable para la macrogranja de cerdos de "El Soto".

 

Una de las macrogranjas que la empresa Nilasa tiene en Espinosa de los Caballeros con los residuos orgánicos almacenados fuera de las balsas estancas.


Declaración de Impacto Ambiental desfavorable para la macrogranja de cerdos de Espinosa de los Caballeros.

En el Boletín Oficial de Castilla y León del día 26 de abril de 2022 viene publicada la resolución del 18 de abril de 2022 de la Delegación Territorial de Ávila por la que se hace pública la Declaración de impacto ambiental (DIA) desfavorable para la ampliación de una explotación porcina de cebo en la parcela 582 del polígono 9, en el término municipal de Espinosa de los Caballeros (Ávila), promovido por «Nilasa, S.A.».

Estos son los antecedentes:

En octubre de 2018, la empresa promotora solicitaba autorización ambiental para la ampliación de una explotación porcina, pasando de las 2.000 cabezas actuales, amparadas en la preceptiva Licencia Ambiental municipal, hasta las 7.200 plazas de cerdos de cebo de 20 a 140 Kg., a ubicar en la mencionada parcela.

La Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Ávila, acordó someter conjuntamente al trámite de Información pública la solicitud de autorización ambiental y el estudio de impacto ambiental del proyecto, durante treinta días, mediante anuncio publicado en el Boletín Oficial de Castilla y León de 12 de diciembre de 2019.

Durante el periodo de información pública se presentaron 74 alegaciones, de las cuales seis eran de ayuntamientos de la zona (Arévalo y Palacios de Goda) y Mancomunidad de agua de los Arenales que surte de agua potable a trece localidades de la zona, a más de 10.000 personas. Cuatro pertenecían a Asociaciones culturales o de conservación del patrimonio. Cinco a asociaciones ecologistas. Dos eran de asociaciones políticas o sindicales. Y las 57 restantes pertenecían a vecinos de la zona.

La Alhóndiga de Arévalo fue una de las asociaciones que presentó alegaciones y, además, presentó una queja ante el Procurador del Común de Castilla y León. La mayoría de las alegaciones o denuncias coincidían en la peligrosidad de la macrogranja al estar ubicada a 275 metros de la captación de agua potable para la Mancomunidad «Agua de los Arenales». También el efecto negativo que los residuos orgánicos, excrementos y purines, podrían tener sobre los acuíferos contaminados de forma muy preocupante por la alta concentración de nitratos de origen agropecuario. Otras alegaciones resaltaban el efecto pernicioso de este tipo de instalaciones sobre especies protegidas y espacios naturales de gran valor ecológico como es el caso del Corredor del Adaja, considerado Área Importante para las Aves (IBA 425) o la ZEPA «Tierra de Campiñas» incluida en la Red Natura 2000. También casi todas ellas recalcaban la fatal emisión de malos olores y la proximidad a una fábrica de alimentos para el consumo humano y de piensos para animales de compañía, que da trabajo a más 120 personas.

Debido al número de alegaciones presentadas, se pidieron informes a los técnicos de la Junta de Castilla y León (JCyL) y de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD). Por parte de la JCyL emiten informes los servicios territoriales de Agricultura y Ganadería, el de Industria y Comercio, el de Cultura, el de Fomento, y el de Medio Ambiente, siendo todos ellos favorables. Por parte de la CHD se emiten varios informes en los que se reconoce que «el proyecto, no garantiza a priori el logro de los objetivos ambientales de las masas de agua y las zonas protegidas afectadas», porque reconoce que «Puede tener efectos negativos sobre la zona protegida de captación superficial para consumo humano 4750006 – Arévalo», y también que «Puede tener efectos negativos sobre la recuperación de la zona vulnerable de aguas subterráneas (acuífero Arenales - ES020000ZVAR) por la contaminación por nitratos procedentes de fuentes agrarias». Y otro en el que la CHD informa que el abastecimiento de la granja mediante una nueva captación de aguas subterráneas solicitada por la empresa promotora «no sería viable dado que se trata de una zona no autorizada».

Por otra parte, el Procurador del Común, el 19 de febrero pasado, es el primero en emitir una resolución negativa a la ampliación de la macrogranja porcina, basándose principalmente en los informes de la CHD.

Resulta, como poco, curioso, que todos los informes emitidos por los servicios técnicos de la JCyL, incluido el de Medio Ambiente, fueran favorables a la ampliación de la macrogranja porcina y solo los de la CHD y la resolución del Procurador del Común fueran contrarios. Afortunadamente, ha prevalecido la opinión de estos organismos y la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), finalmente, ha sido desfavorable para la ampliación de la macrogranja porcina. Por otra parte, los técnicos de Medio Ambiente son funcionarios de la Administración Pública y, por lo tanto, deben ser independientes a cualquier tendencia política y, además, tienen instrumentos legales suficientes para poner un límite al crecimiento de este tipo de industrias pecuarias, como por ejemplo el Decreto 5/2020, por el que se designan las zonas vulnerables a la contaminación de las aguas por nitratos de origen agropecuario, estando el municipio de Espinosa de los Caballeros incluido en el listado en la zona vulnerable 7, Arenales, ZR-AV. Algo se debe estar haciendo mal desde la JCyL cuando, según este Decreto, los municipios afectados han pasado de 67 a 716, y las superficies declaradas vulnerables o protegidas frente a la contaminación agraria difusa han crecido de 2.341,57 a 25.551,41 Km2, lo que refuerza la inconveniencia de autorizar de forma ilimitada, apelando a la cautela y prevención de las Administraciones Públicas competentes para no empeorar la situación.

Desde la Alhóndiga queremos resaltar que todo el proceso que, en general, siguen este tipo de instalaciones ganaderas industriales, está viciado desde el principio, dado que el proyecto está recogido expresamente en el punto 9.3.b) del Anejo 1, del Reglamento de Emisiones Industriales. «Instalaciones destinadas a la cría intensiva de cerdos que dispongan de más de 2.500 plazas de cerdos de cebo de más de 20 kg.». Por lo tanto no debería aprobarse nunca su ubicación en suelo rústico no urbanizable, sino en suelo industrial urbanizable, en polígonos industriales apartados lo suficiente de poblaciones. Por otro lado, resulta demasiado permisivo, dada la peligrosidad de los residuos que una granja de estas características genera, que al promotor le baste con una Licencia Municipal para instalarse en cualquier municipio siempre que no se superen los 2.000 cerdos. Pero, y ahí viene el truco/trampa legal, una vez autorizados esos 2.000 primeros cerdos, el promotor construye para los 7.200 que tiene pensado tener y, automáticamente, pide la ampliación, teniendo ya realizadas las instalaciones con una simple licencia ambiental que le ha concedido el ayuntamiento.

Además, este tipo de instalaciones pecuarias industriales deberían ser estudiadas en su conjunto, para poder calcular el efecto acumulativo que, entre todas, tendrán sobre el medio ambiente. Pongamos el ejemplo de que a una industria se le permita verter una gota de veneno en una botella de un litro de agua potable, porque es el límite permitido para que el agua siga siendo potable; después, vienen otras seis o siete industrias más y, de forma independiente, se les permite verter una gota de veneno a cada una en el mismo recipiente. Entonces, el agua que contiene esa botella deja de ser potable y se convierte en venenosa. Algo así es lo que se está autorizando. De todos es sabido que Nilasa tiene cuatro macrogranjas en la finca de «El Soto» de Espinosa de los Caballeros, a las que habría que sumar varias explotaciones ganaderas en municipios cercanos que producen sus propios vertidos.

De todas formas, dado el preocupante estado de los acuíferos, contaminados y sobreexplotados, y que las captaciones para agua apta para el consumo humano, peligran y en muchos puntos de nuestra comunidad ya no son potables, sería obligado que las Administraciones con competencia en Agua y Medio Ambiente pongan unos límites a este tipo de macrogranjas, pues lo que está meridianamente claro es que su crecimiento no puede ser ilimitado. No se puede permitir a estas empresas de industrias cárnicas que con su sola voluntad de instalarse en un determinado municipio se les autorice sin más. Ha llegado el momento de poner unos límites para que la preocupante situación no empeore. Porque, que nadie se engañe, los que instalan estas macrogranjas no son simples campesinos pues, en realidad, detrás de ellos están poderosas industrias cárnicas que no deberían tener vía libre para destruir el agua y el medio ambiente.

Queda pendiente de solucionar el cuarto punto de la resolución del Procurador del Común, que instaba a la JCyL a que ejerciera la inspección de las instalaciones para que, en ningún momento superen los 2.000 cerdos que tienen autorizados por la Licencia Municipal del Ayuntamiento de Espinosa de los Caballeros. Inspección a la que la JCyL se ha negado, pasando la pelota a las autoridades municipales. Nos preguntamos qué medios tiene el Ayntamiento de Espinosa de los Caballeros para ejercer esa inspección. Este control es crucial porque, se debe tener en cuenta, que las instalaciones se hicieron para una capacidad de 7.200 cerdos y, ¿Quién sabe lo que pasa o lo que hay de puertas para dentro? De la misma manera, creemos que la JCyL debe ejercer de forma efectiva el control sobre el terreno en el que se esparcen los residuos orgánicos, ya que ahora se deja a “la buena intención” de la empresa que los esparce, o sea que ese debido y necesario control es completamente inexistente en la actualidad y, así, pueden seguir creciendo los acuíferos contaminados por nitratos de origen agropecuario y haciendo menos habitable nuestra tierra.

Esta DIA desfavorable es la primera que se emite para una explotación de estas características en la provincia de Ávila. Solo esperamos que no sea la última. Este hito en la conservación del patrimonio natural del que dependemos los vecinos de La Tierra de Arévalo y La Moraña, es mérito de todos y cada uno de los que han participado oponiéndose al proyecto, con sus alegaciones: Ayuntamientos o Mancomunidades, Asociaciones culturales o naturalistas, grupos políticos y sindicales, y todos los vecinos que las han presentado de manera individual. También de los informes contrarios emitidos por la CHD, y de la resolución negativa del Procurador del Común.

A todos ellos, muchas gracias. Solo esperamos que, a partir de ahora, los técnicos de Medio Ambiente de la JCyL, como funcionarios de la Administración Pública que son, dejen de emitir informes permisivos con aquellos proyectos destructores del patrimonio natural que a todos nos pertenece y del que depende nuestra existencia en el territorio que ocupamos.

 

En Arévalo, a veintisiete de abril de 2022.

«La Alhóndiga de Arévalo», Asociación de Cultura y Patrimonio.

 

Balsa de materia orgánica, rebosando y exudando lixiviados por las juntas en una de las granjas que la empresa promotora tiene en Espinosa de los Caballeros.

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