De los Linajes, de sus nombres y su número


"Los pueblos olvidan los nombres de sus eminentes figuras con gran facilidad. En nuestra tierra, el recuerdo del pasado cuenta poco. ¿Quién sabe o quién pregunta, por ejemplo, en Arévalo por Gómez Tello a pesar de nombrarse una plaza de la ciudad, en sitio céntrico, con su preclaro nombre?
El insigne Juan Sedeño, que rotula también una calle del barrio castizo y popular de San Pedro, para los arevalenses de hoy es un desconocido. Y no me refiero sólo a su personalidad literaria. El nombre, precisamente el nombre que titula la calle situada entre Santa María al Picote y Garbanza es adulterado por los vecinos de ellas que en impresos y facturas de los artesanos que habitan en ella escriben calle de Sedeños, como si se tratara de una denominación gremial de tan arraigada tradición española.
Las nominaciones gremiales son bella tradición, en efecto, de los callejeros españoles —zapateros, caldereros, trajineros, bordadores, latoneros, cabestreros...— y a tal grupo o sección de la toponimia de las calles y plazas parece que se inclinan los que dicen «Sedeños», sin considerar que a los elaboradores de las prendas de seda no convendría el precitado adjetivo, sino el nombre de «sederos». Nada de «sedeños», con minúscula, queridos paisanos."

Cómo podéis comprobar ya se quejaba, hace algunos años, nuestro paisano Hernández Luquero, miembro del Instituto de Cultura Hispánica, del uso indebido del apellido de uno de los ilustres Linajes de Arévalo. Se queja, como podemos ver en los párrafos que transcribimos, de la adulteración del apellido “Sedeño” que, como si se tratara de una denominación gremial, ha terminado por pervertir la correcta designación del citado linaje.
Así ha pasado con los cinco. Nos encontramos en los callejeros y en los sitios de consulta más o menos oficiales de nuestra ciudad con que los Linajes son los “Briceños”, “Montalvos”, “Sedeños”, “Tapias” y “Verdugos”.
Tenemos que recurrir, y por desgracia en muchas ocasiones ocurre esto, a fuentes ajenas de nuestro más inmediato entorno para ver correctamente escritos estos nombres, a saber: los “Briceño”, “Montalvo”, “Sedeño”, “Tapia” y “Verdugo”.
Aunque solo fuera por lo que nos sugiere la norma gramatical, haciendo uso correcto de los apellidos a nuestros Linajes ya habríamos subido algún escalón.

Pero el colmo de la incoherencia lo encontramos, y así lleva meses e incluso años, en la página oficial del Ayuntamiento de Arévalo. En el apartado correspondiente a Los Cinco Linajes, nos topamos con que fueron seis. A los antes citados: “Briceños”, “Montalvos”, “Sedeños”, “Tapias” y “Verdugos”, se les incorpora entre “Montalvos” y “Sedeños” un nuevo linaje, los “Medina”. 

Cinco, seis. Es posible que esa página esté sirviendo como fuente para consultas, artículos, trabajos, proyectos de aficionados o de eruditos. Estamos aportando datos erróneos, cuando no falsos.
Va a ser que, una página que ya le cuesta al erario público un buen pico, va a necesitar de un asesor de contenidos que revise estos y otros lamentables errores que, en vez que aportar información, lo que hacen es crear confusión.
Texto y fotografías: Juan C. López

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