La Moraña trajinante
Colección de Nacho González |
La Moraña trajinante es la de comerciantes ambulantes y arrieros que recorren pueblos y aldeas ofreciendo productos y servicios.
Entre ellos, citamos, a modo de ejemplo, a algunos:
El Tío Requena y el Tío Ronda, de la Vega de Santa María, arreglaban y hacían albardas y colleras de burros, mulas y caballos.
El tío Trifón y el tío Calixto de Velayos hacían los ataúdes, timones de los carros y los estevones de los arados.
Los trilleros de Migueláñez empedraban la cara inferior de los trillos que después desgranaban el trigo y la cebada.
Los cacharreros de Tiñosillos llegaban con una buena muestra de cántaros, botijos y otros recipientes de barro.
Los patateros llegaban de Tiñosillos y Cabizuela.
El tío Pistolo, desde Cardeñosa y Peñalba, recorría los pueblos como buhonero con un carro tirado por una mula.
Los ajeros y hortelanos eran de Las Berlanas.
El tío Jabonero de Velayos vendía trozos de jabón que llevaba en unas alforjas. De Velayos llegaba
Los vendedores de ultramarinos y frutas, peces y cangrejos del Adaja, chocolateros, panaderos, triperos, meloneros, y vendedores llegaban de Mingorría.
Los colchoneros venían con el buen tiempo de Villanueva de Gómez, quienes vareaban los colchones mientras la lana se oreaba al sol.
El tío Rascayú, de Arévalo, se instalaba en una casa los días que fueran necesarios para terminar aquellos grandes armarios, construidos en la misma habitación donde se ubicaba.
El tío Elías, también de Arévalo, hojalatero sesentón con bigote negro y muy moreno, se paseaba haciendo ruido con una sartén y un hierro, percusión tronadora, mientras se anunciaba: "Nuestro oficio es un oficio muy chulo. Señora, ¿quiere usted que le eche un culo? (a las cazuelas y pucheros)".
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