Visita cultural por el barrio de la morería de Arévalo
A
las 11:15 horas del domingo 15 de junio, nos reunimos a la puerta de la iglesia
del Salvador, que por cierto acababa de abrir para poder ser visitada, en torno
a 40 personas interesadas en compartir el paseo cultural de este mes de junio y
que en esta ocasión nos iba a llevar por las calles y plazas que conformaron la
antigua Morería de Arévalo. La excursión estaba convocada por “La Alhóndiga” de
Arévalo, Asociación de Cultura y Patrimonio.
Después de una pequeña introducción
sobre la iglesia del Salvador y el palacio de Cárdenas, edificios históricos
que jalonan la plaza hablamos del espacio que ocupaba la Morería, que se
extendía de Este a Oeste desde las cuestas del Adaja hasta las del Arevalillo.
Limitaban el espacio: al Norte el Arrabal y las iglesias de San Juan y Santo
Domingo, al Sur el Camposanto y las iglesias del Salvador y la desaparecida de
San Andrés.
Entramos en el patio cubierto del
palacio de los Cárdenas y contemplamos este espacio rehabilitado que se presta
a realizar aquí conferencias, exposiciones y conciertos musicales.
De nuevo en la calle, cruzamos a
través de la calle de las Tercias Reales la calle Larga, dejando a nuestra
derecha la de Avanciques. Nos detenemos un momento para recordar las sentidas
palabras que el gran Unamuno le dedicó a Mamerto Pérez Serrano, hijo de nuestra
noble ciudad y que un día le dio nombre a la prolongación de la calle Larga. No
sabemos por qué, hace ya tiempo, decidieron quitarle su nombre y llamarla
también calle Larga.
Seguimos hasta la plazuela del
Paraíso. Conformaba esta junto con el resto de calles y placitas, el antiguo
Albaicín. Algunos documentos, aportados por el profesor Serafín de Tapia y del
premio Cervantes José Jiménez Lozano, este último en su libro Guía espiritual
de Castilla, nos hablan de estas calles que venían o cruzaban por el Albaycín.
La visita nos lleva ahora hasta las
cuestas del río Arevalillo. Desde allí contemplamos la imponente alameda en
todo su esplendor. A nuestros pies el molino Valencia o "Quemao" y los puentes de los Barros
y de Medina. Comentan los asistentes sus vivencias de niños a la vera del río.
Se habla también de la tradición morisca, hoy casi desaparecida, de disponer en
ambas riberas los huertos familiares autosuficientes. Un poco más adelante se
hace referencia al "Rincón del Diablo", al origen
de este curioso nombre y a los restos de la antigua muralla que, aún a duras
penas, permanecen en pie por encima del citado puente de los Barros.
Salimos por la calle Figones al cruce
con la de Principal de la Morería. Nos acercamos a San Juan. En el espacio que
hay ante la iglesia nos preguntamos por esa extraña cruz sogada que adorna la
hornacina existente en la entrada al Centro Parroquial. Tiene una forma
antropomórfica. Se hace referencia a que los canteros medievales parece que
siempre querían significar algo con algunas de sus enigmáticas esculturas
graníticas.
Seguimos hasta la plaza del Arrabal y
luego, por la calle de Sombrereros, entramos en la calle Larga. Estamos en el
antiguo Mentidero. La casa de los caballeros Gutiérrez Altamirano y su portada
esquinada con un balcón excepcional, una casona morisca que hace esquina entre
Sombrereros y calle Larga, las laudas funerarias embutidas en los muros de otra
de las casas semiderruidas que hay en esta calle.
En la plaza de Don Justo, antigua
plaza de Perexil, se habla del posible origen del nombre del Mentidero.
Entramos en el patio que se conserva en la casa de las Milicias Concejiles.
Aquí Pedro nos explica la especial arquitectura del edificio, los usos que pudo
tener la edificación y el estado actual de la misma. Hablamos, en este especial
entorno puramente morisco, recordamos al Mancebo
de Arévalo, el misterio que rodea su figura y la importancia de su obra, la
Tafçira
escrita en castellano con caracteres arábigos. Se recuerda a Moshe Ben Sen Tob de León, rabino y
filósofo sefardí castellano, autor del Libro
del Esplendor o Zóhar.
Salimos de nuevo a la calle Larga. La
visita acaba ya. Agradecimientos, saludos de despedida y quedamos, aún sin
concretar lugar, para nuestra próxima visita que será seguramente en las
últimas semanas del próximo mes de julio.
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