No entienden nada



El parque Gómez Pamo se concibió, como hemos dicho más veces, como un espacio de esparcimiento y ocio de corte romántico.
Tuvo su origen en diversas actuaciones realizadas por parte del Consistorio Arevalense, regido por el entonces alcalde don Nicasio Varadé Sisí, y que continuó su hermano don Rubén, todo ello en la última mitad del siglo XIX. Posteriormente las directrices y atenciones del insigne Juan Ramón Gómez Pamo y, luego, ya entrado el pasado siglo XX, el impulso incondicional de don Isaac Ferrero Martín, bajo las propuestas del jardinero proyectista de los jardines de Aranjuez, don Fernando López Ejea, apoyado en todo momento por el entonces director general de Agricultura, don Emilio Vellando, conformaron el espacio como un pequeño pero muy hermoso parque de corte romántico, al estilo de los existentes en Aranjuez o el mismísimo parque de “El Retiro” de Madrid.


Bajo estas premisas es fácil entender que es un espacio que debe ser cuidado y respetado al máximo.
De esta forma, el hecho de pasar las sopladoras para mover las hojas cumplen una doble función negativa:
   - Por un lado ayudan a la agresión y deterioro del suelo de las calles del parque.
   - De otro lado, al quitar las hojas del suelo se contribuye a afear el entorno general del parque cuya concepción fue precisamente que, en otoño, se pudiera pasear por el mismo, pisando las hojas, con las connotaciones que ello conlleva.


Es evidente que los responsables de turno desconocen el contexto, la Historia, el sentimiento y todo lo demás que rodea al parque Gómez-Pamo.
(Fotografías Juan C. López)

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