EL NOMBRE DE FONTIVEROS: ¿“FUENTE DEL OSO”?
El pueblo de Fontiveros, según
nos cuentan los historiadores, puede tener su origen a finales del siglo XI,
que es cuando se repueblan las tierras situadas al sur del Duero, lo que
entonces se llamaba “Extremadura Castellana”.
El actual nombre de Fontiveros
no se escribía así en la edad media. En el documento repetidamente citado de la
catedral de Ávila del año 1250 se escribe “Fuentyuesos”,
referido a Fontiveros, así como “Cantyuesos”,
referido a su vecino Cantiveros.
En el caso de Fuentyuesos el
primer elemento “FUENT”, obviamente significa “fuente”, mientras que en el caso
de Cantyuesos, el primer elemento, “CANT”, significa “pedregal”. Hasta aquí no
hay discusión. Donde surge la controversia entre los filólogos es a la hora de
explicar, en el segundo componente de la palabra, el cambio de la S por la R. Por
razones bastante técnicas que no viene al caso explicar, descartan los
filólogos la relación con el término OSSIS que significa HUESO y también con el
vocablo IBERO.
Apuntan diversas soluciones a
este enigma lingüístico. Una de las soluciones es hacerlo derivar de un nombre
de persona (Bosius, Bueso, Vesos) muy poco frecuente en los documentos
medievales abulenses. Otra es hacerlo derivar del vocablo latino “Ursus”, que significa
OSO, nombre que tiene más raíces en la comarca, por el vecino pueblo de “EL
OSO”, por lo que el nombre actual de Fontiveros podría significar Fuente
del Oso. A esto conviene añadir que desde el siglo XVI en los
documentos y libros parroquiales se escribía con “H”: Hontiveros, y que
posteriormente, tal vez por un exceso de corrección y cultismo se consolida
como Fontiveros.
Este pueblo morañego no
pertenecía a la Tierra de Arévalo, sino a la tierra y al arcedianato de Ávila y
estaba encuadrado en la circunscripción de Zapardiel. En el documento al que
nos referimos del año 1250 figuraba con una renta eclesiástica de XXXIIII
maravedíes, lo que equivaldría a unos 340 habitantes, casi la mitad que su
vecino Cantiuesos, que aparecía con LX.
Ya entrada la Edad Moderna, del
siglo XVI en adelante, este pueblo va adquiriendo mayor relieve que sus
convecinos. El año 1594 llegó a superar la cifra de 2.000 habitantes y
posteriormente inicia un declive, contando con 645 en el año 1750 y 694 en el
año 1850. En el año 1950 llega a tener casi los 1.600 y en la actualidad tiene
solamente 856 habitantes. Como vemos, se trata de un pueblo que tiene su máximo
esplendor en el siglo XVI, siglo en el que vio la luz su insigne paisano,
santo, poeta y místico San Juan de la Cruz.
La curva de población es muy
similar a la de otros pueblos de Castilla. Heredero de un pasado ilustre, como
lo demuestran sus monumentos, sufrió una profunda crisis demográfica a lo largo
del siglo XVII que le hizo perder más de la mitad de su población. Logra
incrementar su población a finales del siglo XIX y sobre todo en la primera
mitad del XX, gracias a los avances de la medicina que rebaja las cifras de
mortalidad y principalmente de la
mortalidad infantil. Posteriormente al llegar la década de los 60 y 70 de la
pasada centuria sufre, como la mayoría de los pueblos, las consecuencias de la
emigración del campo a la ciudad, al acentuarse la revolución agraria e
industrial.
Hablando de la crisis
demográfica del siglo XVII, conviene aclarar que fue incluso más dura que la
actual, pues muchos pueblos de la comarca y en general del centro de la
península se convirtieron entonces en despoblados. Una serie de malas cosechas
provocó periodos de hambruna que traían consigo grandes epidemias y elevada mortandad.
Por si esto fuera poco la política fiscal de los Austrias, por las guerras en
Europa, para engrandecer la herencia de la Corona, se encargó de esquilmar los
escasos recursos de los campesinos de estas tierras.
Entre los despoblados que
aparecen dentro del término de Fontiveros o lindando con él, podemos citar algunos: Cardillejo, Casasola,
Diaciego, Galin Galindez , que era un barrio del también despoblado Ovieco
García, Migaleles y Pajarancos. Forcajuelo y La Coxa son otros dos despoblados
cercanos que se citan en los documentos episcopales de los años 1250 y 1341. La
mayoría de estas pequeñas aldeas desaparecen en los siglos XVI y XVII. Sólo
Migaleles aparece todavía en el censo del año 1594 con 56 vecinos que podrían
suponer unos 280 habitantes.
A mediados del siglo XVIII,
cuando Fontiveros ya había iniciado su decadencia, contaba entre sus habitantes
con 8 clérigos y 2 religiosos. A estos había que sumar los religiosos o
religiosas que habitaban los cuatro conventos que existían entonces:
Agustinos Calzados: 4
religiosos
Carmelitas Descalzos: 24
religiosos
Franciscanos Descalzos: 40
religiosos
Carmelitas Calzadas: 26 monjas
Un pueblo como Fontiveros con una
larga historia a sus espaldas debe tener necesariamente un pasado monumental de
gran relieve e importancia artística.
La iglesia parroquial
Es la mayor de la Moraña y en
ella intervienen dos estilos característicos de dos períodos artísticos
diferentes: el mudéjar del siglo XII de
sus naves y el semigótico del siglo XVI de su cabecera, en la cual trabajan
durante el siglo XVI, primero Lucas Giraldo y después Rodrigo Gil de Hontañón,
arquitectos muy conocidos por sus trabajos en la catedral de Ávila. En su
exterior tiene dos portadas, una al norte y otra al sur, del más puro estilo
mudéjar, con triple arquivolta apuntada y enmarcadas en alfiz. En su interior
espacioso y voluminoso, hay que admirar sobre todo la armadura de su nave
central, cubierta de artesones hexagonales y rombales, además de las tres capillas
laterales, que agrandan y enriquecen el templo. Por el perfil de su iglesia y
su torre robusta, sólidamente asentada en medio de la Moraña, destacando su
poderío arquitectónico sobre la llanura, la parroquia de San Cipriano podría
considerarse como la catedral de la Moraña, con el permiso de la parroquia de
San Nicolás de Madrigal. Impresiona su estilo magnífico y sencillo a la vez,
perfecta combinación de lo sobrio y lo sublime. Entre sus muros, bajo sus
bóvedas y escuchando los acordes de su órgano barroco uno parece traspasar la
barrera del tiempo y trasladarse a siglos anteriores en perfecta sintonía con
el alma y las creencias de nuestros antepasados.
Dentro de la riqueza escultórica cabe destacar
El Grupo de la Virgen de las Angustias, de finales del siglo XV y la imagen de
San Sebastián extrañamente engalanado con collar y gorra. Del siglo siguiente
son la imagen de San Juan Bautista, titular de la capilla derecha, con
categoría de capilla real. Además de otras imágenes de gran interés artístico
hay que señalar la importancia de dos altorrelieves: uno de la Virgen de la
Caridad, que cobija al pueblo bajo su manto y otro de Santa Catalina de Alejandría recibiendo la palma del
martirio. También en su interior se encuentra la Virgen de la Pera, imagen del
siglo XIII, que fue trasladada a este templo desde la ermita situada en el
centro de la población.
Convento de Carmelitas Calzadas.
Este convento ocupó el palacio de los
marqueses de Fontiveros durante el siglo XVII y las piezas artísticas mas
importantes ya no se pueden ver. El grupo del Descendimiento o la Magadalena
era del siglo XV, de estilo flamenco y de madera de nogal, y lo conocemos
gracias a la fotografía y descripción que hizo Don Manuel Gómez Moreno, en su
recorrido por nuestros pueblos abulenses a principios del siglo XX. Se
destruyeron con motivo de un incendio del año 1961.
Tampoco tuvieron mejor suerte dos
tablas del mismo estilo que eran las portezuelas de un tríptico con esculturas.
En este caso una de la tablas representa al grupo de la Piedad con figuras de
gran realismo como la de los dos ladrones que se retuercen en el patíbulo y la otra tabla representaba la
escena de La Coronación de la Virgen con colores verde, amarillo y rojo muy
intenso, ambas tablas “interesantísimas”,
según expresión del citado autor en la 1ª edic. del Catálogo Monumental de
Ávila , que sin embargo en la segunda edición, aparecen con una nota a pié de página
como “no localizadas, al parecer, fueron
vendidas”.
El
Convento de Carmelitas Descalzos construido sobre la casa natal de San Juan
de la Cruz es interesante por sus retablos barrocos con imágenes de Santa
Teresa y San Juan de la Cruz.
Personajes ilustres:
Don Diego de Arriaga, secretario
de Felipe II. En la nave derecha de la iglesia parroquial se encuentran los
sepulcros vacíos de él y su mujer y en la capilla de San Juan Bautista fundada
por él, el año 1576, se encuentran los retratos de Don Diego y su esposa Dª
Isabel de Villegas.
Jerónimo Gómez de Sandoval, Marqués de Fontiveros. En el año 1667
recibió de manos del rey Carlos II el título de marqués de Fontiveros, título
que se uniría en el siglo XVIII con el marquesado de Almodóvar del Río y
condado de Canalejas
San Juan de la Cruz. Al pueblo de Fontiveros le cabe el orgullo de
haber sido la cuna de Juan de Yepes (24-06-1542). Con muy pocos años su humilde
familia emigra a la cercana villa de Arévalo, de donde parten pocos años después a Medina del Campo. Allí en
Medina toma contacto con la orden Carmelita de la que sería, juntamente con
nuestra santa, la santa de Ávila, Teresa de Jesús, el gran reformador. Permítaseme
que para cerrar esta página de recuerdos de este gran pueblo dedique las
últimas líneas con alguna de sus múltiples estrofas de su obra literaria, en
este caso del Cántico Espiritual.
¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti clamando, y eras ido.
Gocémonos, Amado,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti clamando, y eras ido.
Gocémonos, Amado,
y vayamos a ver en
tu hermosura
al monte y al
collado,
do mana el agua
pura;
y entremos más
adentro en la espesura.
Ángel Ramón GONZÁLEZ GONZÁLEZ
La Llanura. Números 30 y 31
La Llanura. Números 30 y 31
Comentarios
Muchas gracias. Mi mail: albertomartmolay@gmail.com
Un saludo cordial,
Alberto.