Está situado entre las Paneras del Rey, los restos venerables del ex convento de la Trinidad y la Huerta del Marqués, que para su recreo fundara a mediados del pasado siglo el último marqués avecindado en Arévalo, el respetable e ilustre prócer marqués de Villasante. Antiguamente, al paraje que vamos a describir se le conocía con el nombre del Huerto de la Grama, sin duda por la gran cantidad de grama que criaba el arenoso y soleado erial, en cuyo terreno, según la tradición se levantaban sobre graníticas peanas las cruces de madera, acogedoras y adornadas por la belleza y frondosidad de plateados álamos y de dos rústicos leones de piedra, colocados a la entrada del área como símbolo del valor y del coraje de la invencible raza hispana. La invasión napoleónica, a su paso por Arévalo, derribó las cruces, destrozó la tupida alameda y cortó la cabeza a los leones, dejando el infortunado recuadro en el más vergonzoso y desolador aspecto; pero don Nicasio Varadé Sisí, en vista de que...