Paseo por el pasado


En el municipio segoviano de Domingo García, en medio de la llanura cerealista castellana, entre los valles del Eresma y del Voltoya, se encuentra el cerro de Cuesta Grande con una altitud máxima de 986 msnm.
Como otros cerros que hay por los alrededores, se trata de una elevación con afloramientos rocosos de pizarras y cuarcitas, desde donde se domina toda la planicie circundante. La peculiaridad de este otero es que ha sido utilizado por el hombre para expresar diferentes formas de arte desde el paleolítico superior hasta nuestros días, ya sea representando figuras en forma de petroglifos, es decir grabadas sobre piedra, como construcciones de carácter religioso o funerario.
Entre los petroglifos, destacan los de dos épocas muy concretas:

- Paleolítico superior: son grabados realizados en un periodo que se remonta entre 22.000 y 13.000 años. Los hay de dos estilos distintos: piqueteados sobre la roca o de trazado continuo que se distinguen peor que los anteriores. Son de representación naturalista, principalmente caballos, cabras, ciervos y bóvidos. Destacan dos grandes caballos piqueteados de mayores dimensiones que el resto de los grabados.

- Post paleolítico: Multitud de petroglifos representando tanto figuras aisladas, como escenas realizadas en un periodo que comprende desde la edad del bronce hasta el siglo XI de nuestra era. Datándose los más antiguos hace unos 3200 años. La mayoría son figuras humanas a pie o a caballo y, muchas de ellas, nos muestran escenas de lucha, caza o pastoriles. En este grupo destacan grabados de jinetes en actitudes bélicas provistos de espadas, lanzas y escudos.
                                        
Por otro lado, en una elevación menor se encuentran las ruinas de la ermita de San Isidro, que data del siglo XII y que da nombre al cerro sobre el que se levanta y que, como otras muchas de la época, se piensa que pudo ser construida por los templarios, ¿teoría o leyenda?. A los pies de la ermita se pueden ver tumbas antropomorfas escavadas sobre roca, que algunos autores datan como visigodas, y que, inicialmente, estarían tapadas por una gruesa lápida de pizarra.
Muy cerca de allí, en el municipio de Ortigosa del Pestaño, se pueden observar dos signos evidentes del pasado y como los avances del "progreso" castigan especialmente a los pequeños núcleos rurales:
Por un lado, lo que fueron antiguos tendidos eléctricos cuyos postes se construyeron en piedra y que hoy quedan como un pintoresco y original recuerdo de antiguos usos. Guardando las distancias, si en Italia se puede visitar la torre inclinada de Pisa, aquí se puede ver el famoso poste inclinado de Ortigosa, desafiando la misma ley que la renombrada torre: la de la gravedad.
Y por otro lado la olvidada y abandonada estación de ferrocarril con sus andenes, vías sin raíles, silo... Presenciando, tal vez con cierta envidia como justo al lado del pueblo pasa el Ave que va a Valladolid, pasando olímpicamente de pequeños pueblos como Ortigosa y condenándolos al olvido y a la desaparición. El Ave es el paradigma de un progreso que une ciudades con rapidez a costa de hundir pueblos lentamente.
Para descubrir el arte y las costumbres de nuestros antepasados, desde la Alhóndiga, asociación de cultura y patrimonio de Arévalo, os proponemos el siguiente paseo:

VISITA AL CERRO DE CUESTA GRANDE:
Petroglifos y ermita de San Isidro:
- Fecha: 3 de febrero de 2013
- Lugar de encuentro: plaza del Arrabal de Arévalo
- Hora de salida: 9:45 de la mañana

Una vez más recordamos que estas visitas son libres, gratuitas y están abiertas a todo aquel que quiera acompañarnos. El desplazamiento se realizará en los coches particulares de los asistentes, procurando llevar el mínimo número de vehículos.


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