Sugerencias
De entre las muchas ideas, propuestas o sugerencias que a nuestra asociación nos están llegando, tanto por parte de socios como de simpatizantes y amigos, queremos ir destacando las que consideramos de mayor interés.
Desde las asociaciones relacionadas con la hostelería se nos ha trasladado en varias ocasiones una pregunta que, tal y como nos indican profesionales y empresarios de este sector, les hacen a menudo sus clientes: ¿Qué podemos hacer una vez hemos comido, en Arévalo?
Parece claro que las gentes que hoy nos visitan vienen especialmente a comer, pero también se plantean, una vez que han terminado, poder ver aquellas cosas que pueden ser de interés fuera de lo puramente gastronómico.
Es cierto que en Arévalo podemos presumir de tener seis iglesias con siete torres, además de las ruinas de la de San Nicolás; tenemos el Castillo, la ermita de la Caminanta y la de la Lugareja, nuestra particular catedral mudéjar; hay puentes medievales, palacios señoriales y casonas; también están la plaza de la Villa, la Casa de los Sexmos y la del Concejo, etc.
Tenemos todo eso y mucho más pero ¿qué ofrecemos a aquellos que, una vez han terminado de comer en el restaurante de turno, quieren pasar la tarde viendo cosas de interés en nuestra ciudad?
Pues, a nuestro entender, muy poco. En invierno, pueden pasear por las calles y plazas de Arévalo y entrar en… Santo Domingo y San Martín, y esto, con un poco de suerte. En verano un poco más. En verano pueden encontrar abiertas las iglesias de Santa María y San Miguel. Si se dan mucha prisa en comer puede que lleguen a entrar en el Castillo que cierra sus puertas a las 18,00 horas.
Creemos que con un poco de imaginación se podrían ir creando pequeñas rutas turísticas como ya se ha hecho en otros muchos sitios y disponer en bares y restaurantes de pequeñas guías referidas a estas posibles rutas. Rutas de los palacios, de los escudos nobiliarios, de los retablos.
En cuanto a una posible “Ruta de los Retablos” es cierto que tenemos en nuestras iglesias una importante cantidad de ellos. Algunos significativos, como el de San Miguel o el del Salvador. Otros, si bien no tan notables, sí están cargados de historia. Todos muy bellos e interesantes. Podría ser esta “Ruta de los Retablos” de tal forma que partiendo de la Iglesia del Salvador hiciera un recorrido por todos los existentes en Santo Domingo, San Martín, San Miguel y San Juan. El itinerario podría estar incluido en una pequeña guía en la que se explicaran los más importante detalles históricos, artísticos e iconográficos de los citados retablos y de las imágenes que acogen. Se podría además complementar con un librito en que se explicaran con algo más de detalle las características de todos ellos, en los que se incluyeran, además, las de las citadas imágenes que se encuentran en las respectivas hornacinas.
Por cierto, estos estudios podrían hacerlos jóvenes universitarios que estuvieran cursando carreras relacionadas con la historia y el arte.
Y por supuesto estas guías y libritos deberían ponerse, al igual que otras de tipo más generales o de otras posibles rutas, a disposición de los turistas y visitantes de forma que puedan recogerlos en bares y restaurantes y sepan qué pueden ver de nuestro patrimonio histórico, artístico, monumental y cultural.
Ya, ya sé que me van a decir que esto cuesta dinero. Yo creo, sin embargo, que con un poco de imaginación y repartiendo un poco del poco dinero que nos dicen que tenemos, se pueden hacer estas y otras muchas cosas que, a la postre, aportarán, seguro, muchos más beneficios que algunas de esas otras que se han hecho y se siguen haciendo, gastando cantidades enormes de recursos públicos y que luego tienen un uso o destino tan pobre.
¡A poco que sea!
Juan C. LÓPEZ
La Llanura núm. 28- Sept. de 2011
La Llanura núm. 28- Sept. de 2011
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