NOTA DE AGRADECIMIENTO
Quería agradecer efusivamente a la Asociación Cultural La Alhóndiga, la oportunidad que me brindó para poder presentar mi novela SECUNDARIOS el pasado mes de junio en Arévalo, al mismo tiempo que subrayar la importancia capital de una asociación semejante, altruista, instructiva y sin ánimo de lucro, para una ciudad como la nuestra. Me consta que viene realizando una labor meritoria desde hace tiempo. En segundo lugar, y de manera especial a su presidente, Juan Carlos López, tanto por su esmerada introducción a mi charla como por la estupenda crónica publicada después en estas mismas páginas, sencilla, sincera y entrañable. Sin olvidar al amigo Fabio que tan calurosas palabras nos dedica tanto a mí como a mis amigos desde su Crónica de Peña Mingubela ni a Julio Pascual que nos inmortalizó en película para que Fabio y todos los que lo deseen puedan vernos.
Me gustaría, también, hacer una pequeña aclaración. Durante la presentación narré una anécdota relacionada con Esteban Monjas. El sentido de su exclamación, ¡Ese es peor!, no implica desprecio hacia los autores que yo leía (Borges o Dostoievski) sino admiración, ¡Ese es peor, más difícil de leer! Don Esteban Monjas, bajo mi punto de vista, siempre fue un magnífico profesor que era capaz de convertir el latín, de lengua muerta y árida, en parla viva y divertidísima. Todavía recuerdo el sistema de puntos arriba y abajo como si estuviésemos en un concurso y, sobre todo, las digresiones sobre la cultura romana, arte, arquitectura, vida militar, civil, religiosa… Quiero aclararlo porque ya sé que a él no le importa pero pudo haber alguien entre el público que pensase que yo minusvaloraba la figura de mi antiguo maestro. Nada más lejos de mi intención.
Y, por último, agradecer vivísimamente la extraordinaria acogida que tuvieron mis palabras entre aquella muestra representativa del pueblo arevalense que llenó la Casa del Concejo. Yo, por mis trabajos y mis estudios, he tenido que vivir en varias ciudades y sé por propia experiencia que mis pensamientos y sentido del humor no son siempre del todo comprendidos. Vuestra emoción y vuestras risas me hicieron sentir de nuevo como en casa.
Muchas gracias a todos.
Juan Martín García-Sancho.
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