En la cuna de Las Edades

Junto a la lumbre que calienta un acogedor rincón vestido de cientos de libros, en el lugar de inspiración de la literatura elogiada con premios, nació el ciclo expositivo más exitoso de los últimos años, Las Edades del Hombre. Se gestaron a la entrada de Alcazarén, en la morada del escritor José Jiménez Lozano, testigo de excepción de tertulias culturales y amistosas. «Aquí se nos ocurrió, vino Pepe (José Velicia) de una exposición que le pareció muy académica y seca, no le gustó lo que había visto, así que ahí, con la lumbre, dimos forma a Las Edades», describe ahora el premio Cervantes mientras recorre su vasta librería.
Cuatro sillas y una mesa aguardan en el jardín a que desaparezca el inusual frío de este verano. Pluma y papel suelen acompañarle estos meses en este idílico rincón de su vivienda. «Es un pueblo muy bien situado y comunicado con Madrid, me gustan las grandes capitales y los pueblos pequeños, o París o Alcazarén», comenta risueño.
El campo y los inviernos de esta tierra de pinares cautivan a este abulense de nacimiento que encontró Alcazarén en el destino laboral de su padre (fue secretario del Ayuntamiento). Y aunque confiesa que ahora apenas hace vida en el pueblo -«con la gente que salía ha ido desapareciendo»- es un firme defensor de su patrimonio. «Hay unas pinturas muy interesantes en la iglesia y una capilla de tipo colonial que merece mucho la pena», destaca.
Los frescos a los que se refiere el escritor los custodia la iglesia parroquial de Santiago, actualmente en obras y cerrada al culto. Tanto esta, como la de San Pedro, destinada ahora a usos culturales, son dos ejemplos del mudéjar pinariego, con destacados ábsides. Son las joyas de Alcazarén, municipio de origen árabe que servía de alquería fortificada en la calzada que unía Al Ándalus con el norte. Sus rutas siguen transitadas hoy en día. Especialmente el camino que enlaza Madrid con Santiago de Compostela y que el pasado año recorrieron más de doscientos peregrinos. Un moderno albergue les da la bienvenida. Después, patrimonio histórico y cultural les aguardan en una población de más de 700 habitantes.
En sus plazas y calles persiste la huella del pasado con algunas fachadas históricas (una de ellas del siglo XVI). Por ellas transitó la afamada figura del bandolerismo del siglo XIX, Luis Candelas, y en una de sus viviendas, antigua posada, cuentan que fue apresado para posteriormente someterse a la justicia de Madrid. Atrás dejó sus cuevas y parajes por el puente Mediana, surcado por el río Eresma, entre los términos de Alcazarén y Hornillos.
De las andanzas y relatos que la transmisión oral ha perpetuado en Alcazarén se ha hecho eco en alguna novela el propio Jiménez Lozano. «Algunas cosillas que me han contado, que yo no las viví», aclara. Confiesa, eso sí, que apenas ha narrado la tierra que mece su inspiración. «Me gusta estar distante de lo que escribo», comenta sin tapujos. «Uno deja demasiado yo si escribe de algo muy cercano», añade.
(Norte de Castilla - 16/07/2011)

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