Camilo José Cela


Don Camilo, “el vagabundo”, como a sí mismo se denomina en el libro, llega a Arévalo en tren desde Medina del Campo, acompañado por su amigo Quintín Jumilla “ viajante de pastas para sopa, con el que se encontrara, ya varios días atrás en el camino de Peñafiel”. Escribe Cela que el camino es “frío, solemne y sobrecogedor” y seguidamente añade que “Arévalo se recuesta en una lomilla, en medio de una llanura dilatada. El vagabundo, al entrar en Arévalo, cree escuchar aún el aleteo, sobre los árboles del fondo, entre los copudos olmos del fondo, de un heridor vientecillo militar. Arévalo fue villa guerrera de bien templada y acreditada fama (...) fue una de las llaves de Castilla.”
Camilo José Cela en Arévalo (I)
JOSÉ FÉLIX SOBRINO
En La Llanura número 12 de Mayo de 2010

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