La Biblioteca de Los Serrano


La biblioteca es el lugar de los libros, aunque sea una pequeña habitación de la casa o una librería; pero los libros también son la biblioteca.


La biblioteca, con los años, absorbe los hábitos de su dueño, sus preferencias de lectura, si las tuvo y no se limitó a almacenar lomos en función del color o la encuadernación. Una biblioteca puede contar con miles de libros y valer muy poco; pero tal vez con treinta o cuarenta sea una librería exquisita. La Biblioteca Nacional de España, en Madrid, es un laberinto custodiado por un ejército de guardias de seguridad, sobre todo después de que Rosa Regás se dejara robar losptolomeos y lo revolviera todo. Entra el investigador y se ve sometido a severos controles: bolsillos, ropa, cuadernos. El silencio es absoluto. Mientras lees, en la sala Cervantes, un guardia vigila que solo escribas con lápiz, que abras el libro con cuidado, que no te apoyes indebidamente en él, que tu mirada no le resulte sospechosa, así que estás deseando salir. En la biblioteca del Corralón, en Ávila, el panorama es distinto. Allí reina un bullicio familiar. Puedes pedir la vez a otros jubilados para leer el Diario, poner la oreja y escuchar un bonito discurso a favor o en contra del gobierno, tomar un cafelito de máquina con el libro a tu vera, pedir un préstamo (de libro, se entiende), sacar una peli de Pepe Isbert, y estudiar apuntes, muchos apuntes, todos los apuntes del curso porque llegan los exámenes y la biblioteca se convierte en sala de estudio. Que no se te ocurra entonces sentarte a consultar nada, porque los chicos te miran a ver si eres amigo de los padres o de los abuelos y has ido a espiarlos. En la biblioteca del Corralón se programan clubes de lectura, se pronuncian conferencias, algunos presentamos nuestros libros, otros exponen obra. Cumple muy bien con su función de biblioteca pública y abierta.


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