Antigua sementera
La sementera o proceso de siembra, y luego todo el proceso de germinación, tan lento y tan frágil, expuesto a tantos contratiempos, ha sido durante siglos metáfora del cultivo intelectual y del esfuerzo moral. En la cabeza de todo el mundo estaba que cultura era un cultivo lento y trabajoso.
Y así son ciertamente las cosas, hoy como ayer, pero la metáfora de la sementera ya no significa nada para buena parte de nuestro primer mundo, y el imaginario y metáfora en que hoy se vierte la cultura son los de la rapidez y la facilidad. O bien se llama cultura a cualquier cosa, y asunto solucionado. Tanto da Julio César como Julián Cerezas, decía don Antonio Machado sarcásticamente. Pero hoy no resultaría tan evidente su sarcasmo.
Julio César comenzó su libro sobre la conquista romana de las Galias, De Bello Galico, con una formulación ya famosa, bastante contundente y resolutiva: «Vine, vi, vencí». Pero claro está que, si las cosas hubieran sido así, tan fáciles, no hubiera habido tema para contarnos esa conquista; ni por tanto para escribir su libro. Las cosas, pues, fueron más complejas. Pero no, ahora, para Julián Cerezas; porque, para ésta, cualquier cosa es hacedera rápidamente, y lo mismo daría ocho que ochenta, y nada de siembre, germinación y recogida. De manera que nada tampoco de libros, porque no habría nada que contar. Nada. Esperemos que Julián Cerezas no triunfe.
José Jiménez Lozano
Comentarios