El patrimonio enferma con el olvido

Ni mejor que peor que cuando empezó el año. El encefalograma es plano y las radiografías a las que se han sometido los enfermos no revelan ningún síntoma de alivio o mejoría. Aguardan su rehabilitación mientras languidecen en el abandono, la ruina y el olvido. Antiguas fortalezas, vetustos castillos, murallas, ermitas, iglesias, conventos, monasterios, palacetes medievales o casonas de nobles de antaño se levantan casi derruidos y maltrechos en diversos rincones de un territorio que hace del patrimonio su aparentemente saludable bandera histórica y turística. Muchos de esos enclaves apenas se tienen en pie, son esqueletos arquitectónicos que requieren de cuidados intensivos urgentes para poder recobrar su esplendor y el sano aspecto que lucieron en otros tiempos.

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