PASEO POR LA RIBERA DEL AREVALILLO
Presa romana en el Arevalillo |
Un mes más propongo un paseo por nuestra naturaleza cercana: El domingo 17/07/2011 pasearemos por la ribera del río Arevalillo y el Monte de Utilidad Pública 25. Para ello nos moveremos por los municipios de Arévalo, Nava de Arévalo y Tiñosillos.
Empezaremos el recorrido en el paraje conocido como la Pradera de los Huevos donde visitaremos la presa romana, único indicio tangible del paso de los romanos por el municipio y que demuestra la importancia que tenían las obras hidráulicas para ellos. Los materiales utilizados para construir la presa son cantos rodados unidos con argamasa de cal y arena. Cabe la posibilidad de que estos restos sean en realidad de un puente, pues por el lugar pasa la Cañada Real Leonesa Occidental, lo que viene a demostrar que la zona se ha usado como vía de comunicación desde tiempos remotos. Este importante monumento histórico de obra civil, se encuentra en un estado de conservación deplorable. Como tantos otros que están esperando una oportunidad de ser conocidos o, al menos, consolidados, mientras se van desmoronando lentamente ante la pasividad de quien puede y debe tomar decisiones.
Cárcavas |
Después de esta visita, remontaremos el Arevalillo paseando por el cauce seco del río hasta una zona de meandros donde el río ha escavado varias cárcavas de gran valor paisajístico. Las formas y colores de estas paredes son variables y están escavadas por varias madrigueras de zorros y tejones. Dando el aspecto de que, en alguna de ellas, estamos en la catedral de las zorreras.
El río Arevalillo ha perdido mucho en pocos años. Muy poca gente podría pensar en los años sesenta, setenta o, incluso, ochenta que este río se iba a quedar sin agua durante casi todo el año, que iban a desaparecer sus pozas donde abundaba el cangrejo de río autóctono, que su rico y frondoso soto se perdería con el tiempo quedando reducido a la mínima expresión, que los cantos bulliciosos de multitud de especies de aves serían sustituidos por un doloroso silencio en una buena parte de su recorrido. Si alguien hubiese dicho algo así en aquellos años lo hubieran acusado de falso ecologista y loco visionario. Pero a la vista está lo que hemos perdido y lo que podemos seguir perdiendo si no ponemos remedio a tiempo. Aunque el espacio ha perdido mucho, podremos comprobar que aún guarda parajes naturales de gran valor paisajístico y ecológico y que aún estamos a tiempo de conservar lo mucho que, todavía, queda.
La catedral de las zorreras |
Desde la Alhóndiga de Arévalo, asociación de cultura y patrimonio, se ha solicitado a la Confederación Hidrográfica del Duero un caudal ecológico para el río Arevalillo. Para dotar de este caudal continuo al río, se ha pedido que se suelte el agua necesaria desde la balsa de Nava de Arévalo, construida para el regadío de la zona con el agua embalsada en la presa de las Cogotas. Igualmente, se ha solicitado a la Junta de Castilla y León que el corredor del Adaja y Arevalillo sean declarados Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). A pesar de que ya ha transcurrido un año y medio desde que se realizaron estas solicitudes formalmente, la Alhóndiga de Arévalo no ha recibido ninguna contestación al respecto de ninguna de las dos Administraciones con competencias en Agua o especies y espacios protegidos. Es de lamentar este doloroso silencio administrativo ante el patente y palpable deterioro que sufre este valioso espacio natural.
Para terminar la visita, localizaremos otros indicios, poco o nada conocidos, de construcciones hidráulicas de factura similar a la presa romana, es decir, restos de gruesos muros realizados a base de cantos rodados unidos con argamasa de cal y arena.
Restos de gruesos muros de cantos rodados y argamasa en el Arevalillo |
Recordar una vez más, que estos paseos, que venimos realizando mensualmente a los espacios naturales más destacados de la Tierra de Arévalo, están abiertos a todas aquellas personas que quieran descubrir con sus propios ojos lo que esta tierra nuestra nos ofrece. Recuerdo que, cuando ya llevábamos unos cinco de estos paseos, un escéptico me dijo de forma incrédula: “No sabía yo que la naturaleza La Moraña diera para tanto”. Yo le contesté: “Para tanto y para más, sólo hay que saber mirar todo aquello que nos rodea con curiosidad. A veces lo más modesto e insignificante es lo más valioso”.
Permaneced atentos a La Llanura de Arévalo pues, en fechas próximas, daremos a conocer el punto y la hora de encuentro.
En Arévalo, a 8 de julio de 2011.
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