Retazos de historia del fútbol

Previo a cualquier otra consideración, en esta lección de historia un poco o un mucho atípica, queremos manifestar nuestro agradecimiento a Julio Jiménez Martín y a Jesús González. Ambos además de buenos amigos, han aportado mucha información documental y grafica, tanto del tema que hoy tratamos como de otros. Valga pues esta lección de hoy dedicada al fútbol como un sincero homenaje a ambos.


No tenemos datos de cuando arranca la práctica del fútbol en nuestras tierras. existe un documento que publicó el periódico mensual ARÉVALO, que no es otro que una fotografía cedida por el que fuera corresponsal de El Diario de Ávila, Gerardo Muñoz Rodríguez, y que data de la primavera de 1918 en el campo del Tomillar,  en la que aparece el que se dice que fue el primer equipo de la ciudad. Son once aguerridos jóvenes que jugaron contra una formación de Medina del Campo. El resultado no lo conocemos a ciencia cierta pues, mientras unos testimonios dicen que se ganó, otros, en cambio, sólo conceden el empate.
En ese equipo, que vestía con camiseta a rayas horizontales, estaban entre otros: Julio Escobar Cubo, Elidio Fernández, Joaquín Ferrero, Enrique Juárez y otros.


Más tarde existió un famoso conjunto que, bajo la denominación de “Aúpa C.F”, compitió con algunos de Segovia, Ávila, y lugares próximos, alternando con otros equipos de Arévalo.
Anécdotas del “Aupa C.F.” hemos encontrado en el semanario Democracia que se publicó en Arévalo en los años 30 del siglo XX.

En el de fecha 19 de marzo de 1933 podemos leer que: El último domingo, presenciamos el partido de fútbol en el campo del Frontón; jugaban el equipo local Aupa F. C. y el Gimnástica Segoviana. Cuál no sería nuestro asombro al ver que los forasteros obsequiaron a los nuestros con un «goal» a cada jugador. ¡Son muy majetes los de la braga!

O en el de fecha 26 de marzo de 1933: El pasado domingo y en el campo de fútbol del Frontón, celebraron un en­cuentro el equipo local Aupa F. C, y el Deportivo Peñarandino. Desde los primeros momentos nota­mos en los nuestros un plausible y muy noble afán de sacarse la espina del en­cuentro anterior y si bien lo consiguie­ron con el resultado favorable 1-0; no es menos cierto que hubieran logrado los nuestros mejor puntuación si el tiempo gastado por algunos elementos en voci­ferar de una manera desentonada, lo hubieran empleado en atizar al esférico.


Después de la guerra civil surgen equipos a los que había que denominar de acuerdo con los tiempos que se vivían, es decir, con símbolos de significación política como “Educación y Descanso”, “S.E.U.”, “Frente de Juventudes”, etc.
Jugadores importantes de esta época fueron Alberto Requena, Eusebio Redondo, Sergio Hernández “Chocolate”, Eusebio García, Juan José Gómez Sainz, quien después llegó a ser Alcalde de Arévalo, los Ruiz Ayúcar y otros.
Un filántropo arevalense que estuvo afincado en Guatemala, don Felipe Yurrita, cuya casa en la plaza de la Villa con su famoso torreón fue un símbolo en nuestra ciudad, donó un trofeo para que los jóvenes de la Ciudad se lo disputaran jugando al fútbol.
En la primavera de 1948 hubo cinco equipos que disputaron ese trofeo: Unión Deportivo Adaja, Club Deportivo Arevalense, Imperial Club de Futbol, Columba Club de Futbol y San Martín. La Competición se jugaba por el sistema de Liga y resultó campeón el U.D. Adaja.

En esos tiempos se jugaba al futbol en el viejo campo de Perotas, situado tras el famoso Frontón.  El Campo de Perotas era un terreno de dimensiones reducidas, aunque muy cercanas, en todo caso, a las normales de los campos reglamentarios, dadas las limitaciones que le imponían las propiedades lindantes. Las porterías estaban muy próximas a las tapias y eso provocaba que a veces el balón terminara en propiedades ajenas, con los consecuentes conflictos que se derivaban de ello.


Para completar esta ya añeja época del fútbol local, no podemos dejar de hablar de los árbitros que eran, lógicamente, “amateurs” como los jugadores y con tanto entusiasmo o más que éstos.
El más veterano Mariano Jiménez Arroyo, padre de dos de los mejores futbolistas que hubo en esos tiempos, Luis y Julio, y que pitó una infinidad de encuentros más o menos de forma acertada. Luis Tejedor Martín, también de grato recuerdo, un tal Rus de apellido, que era foráneo pero que trabajó en Arévalo algunos años y Benito García, que luego fue utillero, junto con Nicolás del Río, de los equipos que se sucedieron.

Entraron más tarde en escena nuevos equipos como el de la J.O.A.C. (Juventudes Obreras de Acción Católica), y el Juvenil, conjunto este en el que las edades de los muchachos oscilaban entre los quince y diecisiete años. La trayectoria del Juvenil fue un tanto voluble pues lo mismo endosaba diez goles a su rival, que los recibía a los pocos días; aun así, consiguió ganar el Torneo Interprovincial en el que participó junto con otros conjuntos de Ávila y Medina del Campo.

Hacia el año 1958 el Juvenil cambió el nombre por Arévalo, C.F., pero eso forma ya parte de otra historia que merece ser contada en otra ocasión.

Lección de historia
Radio Adaja - 6 de abril de 2011

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