Moraleja de Matacabras

Aunque las inclemencias de la llanura aún endurecen la vida de los paisanos, esta localidad del norte morañego sobrevive a la despoblación gracias al compañerismo, el respeto a la tradición y la osadía frente a un futuro ilegible

JUAN CARLOS HUERTA-ABARGUES
Pastaban juntos siempre tres bueyes. Un león quería devorarlos, pero el estar juntos los tres bueyes le impedía hacerlo, pues el luchar contra los tres a la vez lo ponía en desventaja. Entonces con astucia recurrió a enojarlos entre sí con pérfidas patrañas, separándolos a unos de los otros. Y así, al no estar ya unidos, los devoró tranquilamente, uno a uno”. Moraleja: la unión hace la fuerza.
Por eso en este pueblo, Moraleja de Matacabras, cuyo nombre rinde homenaje a las fábulas de Esopo saben que la convivencia, la armonía entre los habitantes, da paso a la supervivencia, la experiencia sublime de resistir unidos los embates del tiempo, de la falta de oportunidades, del final de un mundo que se diluye en la virtualidad del progreso.

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