Paseo del arroyo de la Mora al cerro Cantazorras

     Dice la leyenda que la mora Zoraida era la mujer más bella del lugar. Pero se enamoró de quien no debía, un cristiano que resultó ser noble. Su padre, cuando se enteró, la prohibió volver a ver a su amor y la retuvo a la fuerza en la fortaleza. Los cristianos sitiaron la ciudad y exigieron al padre de la hermosa Zoraida que la dejara en libertad. Éste, al día siguiente, se acercó a caballo hasta el arroyo donde los cristianos habían instalado su campamento y dejó caer a las aguas el cuerpo sin vida de su hija. Advirtiendo al joven noble que cualquiera que se enfrentara a su autoridad seguiría el mismo camino que el de la joven Zoraida.  Al día siguiente los cristianos tomaron la ciudad.
     Para recordar a la mora Zoraida, levantaron un puente en el lugar donde el padre arrojó el cadáver de su hija. La ciudad conquistada fue Arévalo y al arroyo desde entonces se le conoció como Arroyo de la Mora.
     Un mes más os propongo un agradable paseo por la Tierra de Arévalo. En esta ocasión partiremos del puente mudéjar del arroyo de la Mora para recorrer su antiguo cauce hasta la desembocadura en el Adaja. Desde que eliminaron el paso a nivel de la carretera de Donhierro, el cauce de este arroyo fue desviado por la cuneta de la carretera del cementerio para acabar en el Adaja a la altura del nuevo puente de Valladolid. Sinceramente, no creo que una cuneta sea el fin que merece un arroyo con tanta historia y leyenda.
     Al  antiguo cauce de este emblemático arroyo se une el arroyo Carias procedente de Martín Muñoz de la Dehesa, Rapariegos y Codorniz. A pesar de la sequía, todo el tramo del arroyo de la Mora comprendido entre el ferrocarril y su desembocadura suele tener agua, formando pequeñas cascadas y pozas entre la intrincada e impenetrable vegetación de espinos y zarzas. Hasta hace bien poco ha tenido cangrejo de río autóctono, pero esto también ha pasado a la historia. Pertenece al Lugar de Interés Comunitario (LIC) de las riberas del Adaja. Por lo que está incluido en Red Natura 2000 y, por tanto, en la Red de Espacios Naturales de Castilla y León.
     Al llegar al Adaja seguiremos su cauce hasta coronar el cerro calcáreo de Cantazorras, al parecer, uno de los primeros asentamientos humanos registrados en Arévalo. Las vistas durante todo el recorrido son magníficas. Tanto de Arévalo, como de las llanuras circundantes de la tierra de Arévalo, del río Adaja y del pinar de Orán.
     El recorrido no llega a los cinco kilómetros. Se recomienda llevar calzado cómodo y, si el calor apretara,  algo de agua.
     Este agradable paseo está abierto a todo aquel que quiera acompañarnos dentro de las actividades que la Alhóndiga, asociación de cultura y patrimonio de Arévalo, viene organizando para poder disfrutar y conocer los parajes naturales más valiosos de nuestra querida tierra.

     Para ello os propongo la siguiente cita:
                               Día: Domingo: 25 de marzo de 2012.
                               Hora: 17:00 horas (Cinco de la tarde)
                               Lugar: aparcamiento del cementerio de Arévalo
                               (Acordaos del cambio de hora)

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